sábado, 9 de noviembre de 2013

Saboreando la libertad

9 dias, 3020 kilómetros y decenas de horas de conversaciones sobre lo divino y lo humano con gente de India (mayoritariamente), Inglaterra, Afganistán, Francia, Bulgaria, Japón, Nepal, y con alguno que había estado en tantos países que se consideraba de todos ellos y de ninguno a la vez. Una experiencia inolvidable que fue cristalizando día a día en la sensación de sentirme intensamente libre, de ser dueño de mi propia vida, de tener la capacidad para ejercer mis esfuerzos hacia la consecución de mis deseos sin que nadie se oponga a ello. De tener el incalculable privilegio de haber crecido en un entorno cultural, en un país, en una familia, que no pondrá objeción alguna contra cómo quiero vivir y pensar, a dónde quiero viajar y a quién querer.

Y yo creo que la capacidad para hacer las cosas que deseamos sin que nuestro entorno trate de impedirlo es uno de los mayores privilegios que se pueden tener.
"No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita", lo modificaría por "No es más feliz quien más tiene, sino quien puede hacer lo que necesita".

Es algo bastante obvio, pero no siempre es fácil detectar qué es lo que impide hacer lo que se quiere. Aunque los motivos económicos suelen ser críticos, es asombroso ver hasta qué punto los motivos culturales, religiosos, o por el qué dirán, pueden negar los deseos normales y naturales de las personas y dirigir su destino desde la cuna a la tumba. Es particularmente sorprendente cómo las relaciones familiares o entre amor entre dos personas, o la vida misma de un hijo tenido fuera del matrimonio, en pleno sigle XXI, están supeditadas a un supuesto código de "honor" basado en unas escrituras de hace más de mil años, que ponen a la mujer en categoría subhumana, y con una moralidad más que cuestionable. Creo que la cultura es buena siempre y cuando no vaya contra la misma naturaleza de las personas, y hay que ser muy sutil pero riguroso cuando queremos definir qué es cultura y qué es simplemente salvajada.

Es sorprendente también las condiciones de suciedad, caos, polución y ruido que viven día a día tantos millones de personas. Y es sorprendente ver cómo, a pesar de todo, la gente se adapta. La primera pregunta que me vino a la cabeza durante este shock cultural fue: ¿Cómo pueden soportar eso?
La respuesta me vino inmediatamente: porque, lisa y llanamente, no quedan más cojones. Aguantar o morir.

Al igual que los viajes orbitales serán, previsiblemente en 100 años, meros viajes de excursión escolar para que los niños experimenten el Overview Effect, sería muy positivo que cada persona del primer mundo hiciera al menos una vez este tipo de turismo educacional. En primer lugar para ser conscientes de los verdaderos problemas que afrontamos como especie (hambre, polución, escasez de recursos naturales, superpoblación) y en segundo lugar para advertir que realmente las personas somos más resistentes y adaptables al cambio de lo que solemos creer.

Y es que, al menos desde mi punto de vista, viajamos para aprender y para cambiar nuestra perspectiva acerca de las cosas. Pero a veces da la impresión de que cuando viajamos estamos más preocupados en hacer chopocientas fotos que de aprovechar la experiencia, y la India es de esos sitios que ofrece más de aprender y menos de fotografiar. Salvo contadas excepciones, cualquier foto típica que saques (a la vaca/cabra pastando en medio de la calle, a los kilométricos barrios de chabolas llenos de basura y polución, al típico edificio de la época colonial) es difícil que sea una gran foto. Es de esos sitios en los que es mejor quedarse empanado contemplando lo que está a tu alrededor e intentar comprenderlo de alguna forma, y mejor a través de la gente.

En general la gente en India es amistosa y accesible, y es fácil iniciar una conversación, tanto con los locales como con los demás viajeros. Las conversaciones con los locales (excluyendo los incesantes scams) son en mi opinión la mejor manera de experimentar y aprender de India. Dependiendo de si hablas con un musulmán o con un hindu aprenderás mundos diferentes. En muchas ocasiones estarán dispuestos a explicarte lo que se te ocurra preguntar o ayudarte si te ves perdido. También suelen tener una gran curiosidad acerca del lugar de donde vienes y qué haces con tu vida, y si se te quedan mirando más de 10 segundos es que probablemente sólo quieran hablar y preguntarte cosas o hacerse una foto contigo. En esos momentos sonreir es la mejor manera de romper el hielo.


Ruta
Dubai (EAU) - Bombay (30/Oct) avión
Bombay - Agra (1-2/Nov) tren
Agra - Delhi (2) tren
Delhi - Agra (4) tren
Agra - Delhi (5) bus
Delhi - Varanasi (7-8) tren
Varanasi - Gorakhpur (8) tren
Gorakhpur - Sunauli (8) bus
Sunauli - Pokhara (Nepal) (8-9) bus

Consejos
-Potabilizar el agua con pastillas.
-La mejor comida es la vegetariana.
-Procurar coger 'reserved tickets' en los trenes. Procurar comprarlos con antelación si se quiere viajar en fiestas nacionales.
-Ojo y paciencia con los scams. Hacen perder tiempo y dinero innecesariamente.
-La mejor manera de desplazarse por la ciudad es en tuktuk, y por el país mejor tren que bus.

1 comentario:

  1. Me gusta que mi hija vaya a poder tener a alguien cerca a quien preguntar por esas experiencias de primera mano. Al final el único tesoro son las experiencias. Disfruta y déjate algo por ver para tener una excusa para volver.

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